top of page

Incógnito: Las vidas secretas del cerebro.

  • Foto del escritor: AEN
    AEN
  • 22 sept
  • 2 Min. de lectura

Una crónica del universo oculto que gobierna nuestras decisiones – David Eagleman.

ree

¿Alguna vez has dicho algo sin pensar… y luego pensaste “¿por qué diablos dije eso?”? Bueno, Incógnito, del neurocientífico David Eagleman, básicamente viene a decirte: tranquilo, no eres raro, solo eres humano… y tu cerebro está tomando muchas decisiones por ti sin consultarte.


Eagleman nos lleva de la mano (y a veces del pelo) por un viaje al interior de la cabeza, explicando que lo que creemos “yo” es apenas la punta del iceberg. El 90% de lo que hacemos está dirigido por procesos automáticos: desde por qué nos gustan ciertos sabores, hasta por qué podemos enfadarnos con alguien en medio segundo, antes siquiera de razonar. Spoiler: tu inconsciente es mucho más rápido que tú.

"La mayor parte de lo que haces, piensas y sientes no está bajo tu control consciente. El cerebro es una máquina que corre en gran medida por debajo del radar."

El libro está lleno de ejemplos curiosos y anécdotas de laboratorio que parecen sacadas de un truco de magia. Nos habla de experimentos en los que los cerebros deciden antes de que la persona diga “sí, lo haré”, y de casos judiciales donde el comportamiento criminal no era maldad pura, sino un tumor escondido en el cerebro. Aquí el autor se pone serio: ¿cómo castigamos a alguien que no eligió conscientemente? ¿No sería mejor pensar en rehabilitación que en venganza?


Pero tranquilos, que no todo es drama. Eagleman escribe con un tono fresco, salpicado de humor, y logra que incluso las partes más técnicas se lean como una buena charla de sobremesa con un amigo que sabe mucho de cerebros.


En resumen: Incógnito es ese libro que te deja con la sensación de que no eres tan dueño de tus actos como creías, pero que también abre una ventana a la posibilidad de comprendernos mejor como sociedad.


Y sí, después de leerlo, cada vez que digas algo “sin filtro” tendrás una excusa perfecta: no fui yo, fue mi inconsciente.

Comentarios


bottom of page